Bola de solomillo de Cerdo
½ kilo de solomillo
½ kilo de Champiñón
1 Cebolla
3 Dientes de ajo
Aceite de oliva
Vino blanco
Sal
Pimienta negra molida
Preparación:
Descongelamos el solomillo y dejamos que pierda toda el agua
que tenga.
Quitamos la grasa y nervios, y quitamos las puntas al
solomillo y reservamos.
Las puntas las partiremos en trozos pequeños y reservaremos
Cortamos el solomillo por la mitad y lo abrimos como si
fuera una hoja de papel procurando que quede lo más fino posible sin romperlo.
Una vez conseguido esto, colocaremos una bolsa de práctico
encima del solomillo abierto, y le daremos unos golpes para aplastarlo más y así
estirar la carne. Reservamos.
Pelamos la cebolla y la partimos en cuadrados pequeños
Lavamos y limpiamos los champiñones y los troceamos en
cuadrados pequeños
Pelamos los dientes de ajo y los picamos bien picado
Elaboración:
En una salten pocharemos o sofreiremos la cebolla, cuando la
tengamos pochada añadiremos los dientes de ajo picado y los champiñones que tenemos
partidos. Sofreímos y añadimos las puntas de solomillo que tenemos reservadas,
marcamos bien y añadimos un golpe de
vino blanco y dejamos que pierda el alcohol, Ya lo tenemos lo pasamos por la
batidora y procuraremos que quede todo bien fino.
Una vez que tenemos el relleno. Empezaremos a la terminación
de las bolas de solomillo.
Colocamos los filetes que tenemos estirados del solomillo en
la mesa.
Colocaremos una cucharada o dos del relleno que tenemos
pasado por la batidora.
Y envolvemos en forma de bola con el cierre de la carne para
abajo, marcamos en una salten o en una plancha con unas gotas de aceite de
oliva empezando a marcar por la parte del cierre de las bolas
E iremos dándole la vuelta a la bola hasta tener toda la
bola marcada por completo
Precalentaremos el horno a 180 grados mientras iremos
poniendo en la bandeja con su papel de horno las bolas hechas y marcadas.
Ya tenemos todas en la bandeja, las metemos en el horno y
bajamos la temperatura del horno a 150 grados y lo dejaremos unos 20 minutos aproximadamente.
Serviremos inmediatamente con un golpe de salsa a nuestro
gusto.
“Que tu medicina sea tu alimento, y que tu alimento sea tu medicina”. Hipócrates